El jugador se desplaza 180 kilómetros cada vez que viene a entrenar
Ha demostrado un compromiso muy alto con Les Abelles
Hay jugadores que tienen el don en sus manos. Han nacido para jugar al rugby. Pero sin constancia se pierden y quedan lejos de su límite. Nos encontramos ante un hombre que ha demostrado todo lo contrario, un tesón por el juego y un compromiso por el club fuera de toda duda.
Antonio Monfort ha sido designado como «jugador del año». No por ser un gran ensayador, ni por alguna gran jugada, sino por el día a día y una capacidad de mejora. Este veterinario en la «vida civil» vive en Mosqueruela (Teruel, sí Teruel los que también existen) y desarrolla su labor profesional en esa zona. «Yo no quiero vivir en otro lugar» nos cuenta, «me gusta esto y como muchos otros
nos quedamos aquí, pero para jugar a rugby me tenía que desplazar a Zaragoza y son dos horas y media de ida y otras tantas de vuelta«.
Antonio entró tarde tarde en el rugby «empecé en la facultad de Zaragoza durante los cuatro años y el equipo de Veterinaria se convirtió en el B del Egea y luego pasé al Tarazona donde jugué en Nacional y regional. Íbamos a categoría por año. Paré durante unos años y luego volví a jugar con el Fénix«.
En el rugby todos tenemos algún amigo que nos ha «reclutado», en este caso fué Miguel Paricio que ya venía a Les Abelles el que se lo dijo. «Miguel y yo siempre hemos estado juntos y me lo planteó, era más cómodo venir a Valencia dos días por semana que tres a Zaragoza. Además los entrenamientos son muy amenos y el ambiente muy bueno» Un poco duro atender a los animales de los ganaderos en sus explotaciones y luego bajarse una tirada de kilómetros «no sé cuantos he hecho este año, pero han estado bien invertidos, por fortuna en la carretera no ha pasado nada, excepto algo de hielo y una noche que había pegado una fuerte nevada al volver hacia casa«.
Los entrenamientos de los viernes se quedaba a dormir en casa de algún compañero en Valencia «y me he ahorrado los kilómetros para volver el sábado a jugar«. Monfort siempre ha jugado en la línea «de zaguero, o de ala y aunque me gusta romper soy más defensivo, me gusta ese trabajo. No soy finalizador y este año he ensayado solo una vez en un balón alto que me regaló Curu, se llevó un buen topetazo, y conseguí marcar, pero no es mi principal cualidad«.
Como veterinario cubre una zona importante y los fines de semana «me pongo de acuerdo con compañeros que me cubren las guardias, ahora se las devuelvo yo, por eso no he podido estar el día de club». Por fortuna ha faltado a pocos partidos y las lesiones le han respetado «solo he tenido una, pero era de carácter laboral; una vaca me dió una coz y no pude jugar durante algún partido, pero esto son cosas que nos pasan a los veterinarios«.
A nosotros nos parece una locura hacerse tantos km al año en esas condiciones, pero en Mosqueruela piensan otro tanto con lo de ver a un paisano jugar a rugby. Pero Antonio Monfort lo tiene claro «no pienso renunciar a ninguna de las tres cosas, ni a mi trabajo, ni a mi entorno, ni al rugby, Todo eso me da vida»
Un ejemplo de persona, y de jugador.
Antonio Monfort, jugador del año, Les Abelles temporada 2017- 2018.